Lo sostiene un informe elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -INTA
El escenario, en todo el mundo, plantea cambios de hábitos alimenticios con nuevas oportunidades y desafíos, tal como sucede en Argentina con las nuevas generaciones que tienen preferencias que se adecuan con tendencias mundiales, por ser consideradas más variadas, saludables y sustentables.
Aníbal Pordomingo, especialista en temas ganaderos del INTA, comentó: «La ganadería tiene que asumir que la carne bovina juega un partido muy equilibrado en el mercado interno con las otras carnes, como nunca había sido. Por primera vez en la historia el consumo de carne aviar casi equipara a la bovina, como así también el consumo de carne de cerdo está sustituyendo a la vacuna».
El INTA aporta datos del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, los cuales muestran que el consumo aparente de carne aviar se ubicó en promedio entre enero y junio de este año en 42,490 kilos por habitante por año, lo que significa un aumento interanual del 0,8%. Además la producción aumentó un 4,5%, superando el millón de toneladas en los primeros seis meses de este año.
El relevamiento realizado por el INTA, y difundido por Infobae, sostiene que en la actualidad Argentina exporta el 30% de la producción total de carne de pollo, ya que según los especialistas, no se consiguen nuevos mercados, más allá que existe la posibilidad de producir más. Todo esto deriva en la expansión del consumo interno, con cifras que crecen año tras año, y hoy se ubican entre los 43 y 46 kilos por persona por año.
De acuerdo al último informe elaborado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina -CICCRA-, el consumo de carne vacuna en el mes de junio alcanzó los 52,9 kilos por habitante por año.
Además, Pordomingo sostuvo: «La carne de pollo se ofrece en el mercado con una gran diversidad, lo que atrae a los consumidores. Por otro lado, dicha carne siempre resulta una alternativa a la vacuna en cuestión de precios, en especial en contextos de crisis económica».
Por último, el especialista agregó: «a pesar de la coyuntura económica de nuestro país y las nuevas tendencias alimenticias, no se modificó el consumo total de carnes por habitante por año, solo que, ahora, la canasta es más amplia».