Por le momento, confirmaron que los aranceles se extinguirán recién en ocho años y de manera gradual.

Ayer el presidente Mauricio Macri y el ministro de la Producción Dante Sica repasaron los puntos del acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE) ante cámaras vitivinícolas cuyanas, desde donde elevaron una serie de peticiones para que la quita de trabas arancelarias no perjudique la actividad del sector ante un eventual ingreso a la región de vinos baratos de origen europeo.

En la reunión, según apuntó Ámbito.com, se confirmó la primera noticia positiva para la vitivinicultura local: los aranceles se extinguirán recién en ocho años y de manera gradual. Actualmente van de un 20% a 27% para productos europeos que llegan al Mercosur, y de 4% a 9% para los vinos de la región que se exportan al Viejo Continente. Es decir, junto con la celebrada posibilidad de abrir nuevos mercados en la UE, también países como Brasil tendrán una reducción de precios de botellas de España o Portugal.

“Son 8 años para que Argentina haga los deberes y se puedan corregir los factores en contra. Argentina es competitiva, el drama es la situación del Estado, la estabilidad del dólar. Que desaparezcan los aranceles obliga a rever impuestos a las exportaciones, a bajar la carga impositiva y mejorar la logística”, señaló a Ámbito Financiero Eduardo Sancho, uno de los directores de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) y titular de la Federación de Cooperativas FECOVITA.

En la práctica, el plazo de ocho años se verá extendido a casi diez, ya que el acuerdo deberá ser refrendado por los países miembros del Mercosur y de la UE para entrar en plena vigencia. En ese periodo, el sector deberá encarar reformas para mejorar la competitividad. “En la medida que Argentina no cambie, es un riesgo. Europa tiene subsidios fuertes al agro. En Argentina una caja de vinos está u$s25, en España u$s22, Portugal es aún más bajo. Sin arancel, ellos ponen una botella a un euro en la región. Hemos logrado tener tiempo. Estamos conformes con el acuerdo pero hay que trabajar”, dijo a este medio Sergio Villanueva, de la Unión Vitivinícola Argentina. “Sin aranceles, compite la carga impositiva argentina contra los subsidios europeos”, completó Sancho.

vinos

La preocupación

En ese sentido, el organismo American Association of Wine Economists (AAWE) informó que los subsidios en 2018 fueron unos 1.000 millones de euros, el 90% repartidos entre Italia, España y Francia. Por eso, la principal preocupación es que la baja de aranceles lleve a perder terreno en el mercado brasileño, que importa unos 120 millones de litros anuales (cerca de un 15% de vinos argentinos). Un informe del Observatorio Vitivinícola reflejó: “En Brasil, el efecto ‘arancel cero’ sobre los precios promedios a los cuales ingresan los vinos importados de la UE: vinos portugueses por debajo del precio de los vinos argentinos; Italia y España quedarían al mismo nivel que los vinos argentinos, en tanto que Alemania y Francia se mantendrían por encima del producto argentino”.

Y el trabajo consideró que en nuestro país habrá una mejora en los precios al consumidor que podrían lograr los vinos europeos, con “potencial afectación a vinos de gama media argentinos”. A conclusiones similares llega otro trabajo de Bodegas de Argentina: “Una eliminación del arancel de importación de entre 20 y 27% podría perjudicar a las exportaciones de vino argentino en beneficio de las exportaciones europeas en el mercado de Brasil, principalmente en segmentos de bajo precio”. El análisis del Observatorio hace hincapié en que el principal comprador de vinos argentinos es el Reino Unido, que ya no forma parte de la UE tras el “Brexit”. Este hecho matiza la ganancia del acuerdo.